Tercer volumen de Pies descalzos, una serie que no llega únicamente a los amantes del cómic, es una historia universal. Keiji Nakazawa nos emociona y nos remueve por dentro.
A pesar de que las consecuencias de la bomba atómica siguen siendo extremadamente duras, Gen y sus amigos luchan para rehacer sus vidas.
Desde que estalló la bomba atómica, hace casi tres años, Gen no había sentido esperanza. Pero quizá es posible que vuelva a ser feliz a pesar de todo. Además de a su familia, tiene a un grupo de amigos con planes para el futuro.
No obstante, el desastre de la bomba sigue atormentando a los supervivientes. Entre ellos se encuentra el señor Hirayama, quien antes de conocer a Gen y a su variopinta pandilla estaba convencido de que solo le quedaba esperar la muerte. Acogido como un nuevo padre, recobra las fuerzas para escribir una dura crónica sobre Japón. En ella cuenta el verdadero horror de los hechos acaecidos en Hiroshima. Su voz es la de todas las víctimas... Pero en 1948, bajo ocupación estadounidense y con la refundación del estado japonés todavía a medias, está prohibido hablar de ello.
La tragedia del señor Hirayama no será la única a la que tendrá que enfrentarse Gen; pronto una sombra más fuerte que su espíritu luchador se cernerá sobre quienes más ama.
Reseña:
«Pies descalzos es tan importantes como la obra de Balzac o de Proust, como la obra de Galdós, de Tolstoi o de Henry Roth.»
Adolfo García Ortega.